Lupercio Leonardo de Argensola
Poeta, Historiador y Dramaturgo Español cuyo nombre completo es Lupercio Leonardo de Argensola
Barbastro (Huesca), 14 de diciembre de 1559 - Nápoles, 1613
No fueron tus divinos ojos, Ana,
los que al yugo amoroso me han rendido;
ni los rosados labios, dulce nido
del ciego niño, donde néctar mana;
ni las mejillas de color de grana;
ni el cabello, que al oro es preferido;
ni las manos, que a tantos han vencido;
ni la voz, que está en duda si es humana.
Tu alma, que en todas tus obras se trasluce,
es la que sujetar pudo la mía,
porque fuese inmortal su cautiverio.
Así todo lo dicho se reduce
a solo su poder, porque tenía
por ella cada cual su ministerio.
Poema "No fueron tus divinos ojos, Ana" de Lupercio Leonardo de Argensola
Imagen espantosa de la muerte,
sueño cruel, no turbes más mi pecho,
mostrándome cortado el nudo estrecho,
consuelo solo de mi adversa suerte.
Busca de algún tirano el muro fuerte,
de jaspe las paredes, de oro el techo,
o el rico avaro en el angosto lecho
haz que temblando con sudor despierte.
El uno vea popular tumulto
romper con furia las herradas puertas,
o al sobornado siervo el hierro oculto;
el otro, sus riquezas descubiertas
con llave falsa o con violento insulto:
y déxale al amor sus glorias ciertas.
Poema "Al sueño (Argensola)" de Lupercio Leonardo de Argensola
Lleva tras sí los pámpanos otubre,
y con las grandes lluvias, insolente,
no sufre Ibero márgenes ni puente,
mas antes los vecinos campos cubre.
Moncayo, como suele, ya descubre
coronada la nieve la alta frente,
y el sol apenas vemos en Oriente
cuando la opaca tierra nos lo encubre.
Sienten el mar y selvas ya la saña
del Aquilón, y encierra su bramido
gente en el puerto y gente en la cabaña.
Y Fabio, en el umbral de Tais tendido,
con vergonzosas lágrimas lo baña,
debiéndolas al tiempo que ha perdido.
Poema "La vida en el campo (Argensola)" de Lupercio Leonardo de Argensola